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Amenaza global por coronavirus, ¿qué esperar para México?

Amenaza global por coronavirus, ¿qué esperar para México?

Los impactos por el coronavirus se habían subestimado y, aunque todavía se desconoce la magnitud del golpe, los riesgos para la economía global se han hecho cada vez más evidentes. Esto no solo se debe a la participación de China en el PIB mundial, sino también a la globalización de las cadenas de suministro, que ha generado mayor interdependencia entre los países. Los impactos no solo se reflejarán en el ámbito comercial, sino también sobre otros aspectos económicos. México no será la excepción.


La importancia de China en el comercio mundial

El nuevo coronavirus, denominado CoVid19, originado en Wuham , una ciudad en la provincia de Hubei, China, se ha extendido a diversas provincias de ese país y ahora también a lo largo del mundo. Aunque persiste la incertidumbre en torno al efecto que tendrá sobre China y la economía global, los primeros impactos ya se han visto reflejados en los mercados accionarios, las divisas y en los precios de los commodities.


Además de los costos adicionales que deberán enfrentar los gobiernos en servicios de salud, que inevitablemente afectarán a la actividad económica, los grandes esfuerzos de China para detener la propagación del virus, que han incluido medidas agresivas de cuarentena y cierres forzosos de fábricas, ya han provocado disrupciones. A la par de que China ralentizó su producción, los riesgos a nivel global empezaron a ser más evidentes.

China es el mayor exportador de productos manufacturados intermedios , que son componentes utilizados en las cadenas de suministro en todo el mundo; aproximadamente el 20% de las importaciones mundiales de estos bienes provienen de fábricas chinas(1). En las últimas décadas, muchas industrias han migrado parte, o la mayoría, de sus cadenas productivas al país asiático; entre ellas, la industria automotriz y electrónica, así como las adyacentes como maquinaria, equipos y otras manufacturas. Es así, que la dependencia mundial de estos insumos para la producción se ha duplicado desde 2005, a medida de que China se expandió y las cadenas de suministro se globalizaron ( ver gráfica 1).




¿Cómo impacta a México?

Además del golpe a la actividad industrial y a los commodities, hay otros efectos que se han ido desencadenando, como impactos al turismo, comercio, mercado de divisas, inflación e inclusive decisiones de política monetaria (como la reciente decisión de la FED de bajar en 50 puntos base la tasa de referencia de EUA).


En el caso de México, en lo que va del año (al 11 de marzo), la Bolsa Mexicana acumula una caída de 11%, mientras que el peso mexicano se ha depreciado 13% frente al dólar. Por otro lado, aunque el país está menos expuesto al precio de los commodities en comparación con sus pares de Latinoamérica, la reducción de los precios de petróleo sí podría tener un impacto (efectos amplificados por el conflicto petrolero entre Arabia Saudita y Rusia). Con respecto a la inflación ésta se vería beneficiada al tener menores presiones por parte de los energéticos, en especial por menores costos de las gasolinas; no obstante, Pemex sigue teniendo una importante participación en los ingresos presupuestarios (17% al cierre de 2019), lo que pone en riesgo a las finanzas públicas.


Respecto a las cadenas productivas, si bien el comercio que realiza México con China no se compara con el que tienen con EUA, la dependencia hacia las importaciones chinas es elevada. De hecho, del total de las importaciones (no petroleras) que realizó México en el 2019, el 20% provenía del país asiático, en segundo lugar solo después de EUA que representó el 40% (Banco de México). 


Los principales bienes importados desde el país asiático son teléfonos inalámbricos y sus partes; partes y accesorios para una diversidad de máquinas, circuitos electrónicos; entre otros (gráfica 3). Por ejemplo, del total de los teléfonos inalámbricos que importa México, el 67% proviene de China; o del total de las partes y accesorios de algunas máquinas importadas, el 71% es de este país; o en el caso de los juguetes, la dependencia es hasta del 70%.


De manera más especifica, como se observa en la gráfica 4, el porcentaje que se importa de China sobre determinados productos intermedios es muy elevado (p. ej. para la producción de televisiones, cámaras, aparatos de radio, refrigeradores, etc ). En la mayoría de estos casos, lo que se compra de China respecto al total importado, se ubica por arriba o cercano al 50%. En el caso del sector automotriz, aunque la proporción de lo traído directamente de China es pequeño, muchas piezas se traen de Corea del Sur o Japón, países que actualmente están produciendo menos, porque les hacen falta componentes clave de origen chino.


Del otro lado de la balanza comercial, las exportaciones de México a China apenas representan el 1.6% deltotal de los envíos, lo que disminuye el riesgo de exposición. Además, debido al paro de actividades en China, las empresas estadounidenses han empezado a buscar a otros proveedores fuera de China, lo que podría favorecer a las exportaciones mexicanas.


Esto ya sucedió en el 2019, cuando a raíz de los elevados aranceles entre China y EUA, algunas empresas ajustaron sus cadenas productivas hacia México, lo que convirtió a nuestro país en el principal socio comercial de EUA, desplazando a China y a Canadá. Si es el caso, entonces podríamos ver un beneficio en el corto plazo. De hecho, en enero las importaciones de EUA desde China cayeron 20% anual, mientras que las provenientes de Mexico subieron 2.3%(3).


No obstante, el efecto sería limitado, ya que como lo muestra la gráfica 1, EUA importa una gran cantidad de bienes intermedios desde China, lo que hace difícil asumir que México podría compensar esta disrupción (al menos en el corto plazo); además porque nuestro país también depende del abasto de una gran cantidad de bienes chinos.


Todo esto sin considerar que EUA podría tomar medidas más estrictas para frenar el avance del virus: declarar estado de emergencia y cerrar sus fronteras. Si este país se empieza a desacelerar, el impacto sobre México sería mucho mayor (tanto por el lado de las exportaciones como de las importacione).


Conclusión


Aunque todavía es difícil contabilizar todos los efectos que se tendrán como consecuencia del CoVid19, ya se han publicado algunos datos que señalan que el impacto económico mundial puede ser considerable.


La venta de autos en China cayó 80% anual en febrero, un dato alarmante considerando que el país asiático representa aproximadamente un tercio de la producción y demanda mundial de autos. Asimismo, el índice PMI manufacturero de China (que refleja la situación económica de un país basándose en encuestas a las empresas) cayó a 35.5 puntos el mismo mes , el nivel más bajo desde que se tiene registro del índice (2005). Asimismo, las exportaciones del país asiático cayeron 17.2% en febrero, mientras que las importaciones lo hicieron en 4.0%(4).

Ante la publicación de estos datos y las perspectivas poco optimistas, la OCDE recortó su estimado del PIB mundial a 2.4%, desde 2.9% previsto en noviembre, y anticipa un crecimiento posiblemente negativo en el primer trimestre del 2020.

Ante este entorno, en conferencia de prensa, el Secretario de Hacienda mencionó que se está trabajando en dos tipos de respuesta (5). La primera es que se facilitarán recursos para el sector salud y, la segunda está más relacionada con medidas macroeconómicas, como hacer más eficientes ciertos procesos para favorecer a la inversión, acelerar licitaciones y hacer esfuerzos de coordinación internacional. Además, consideramos que el Banco de México seguirá recortando las tasas de interés, lo que mejorará los costos de crédito. Anteriormente, esperábamos recortes por un total de 75 puntos base adicionales en el año. Con la reducción de la tasa de la FED, anticipamos que la disminución será de al menos 100 puntos base en el 2020, para culminar en un máximo de 6.0%.

Por otro lado, cabe resaltar que hay un dato que nos hace pensar que las condiciones en México todavía no lucen tan negativas. En febrero, el índice de confianza empresarial del sector manufacturero descendió a 47.6 puntos, desde 48.4 en enero; aunque disminuyó, no lo hizo a una escala desproporcional, lo que podría sugerir que las empresas se mantienen con cautela, pero no con disrupciones severas. Habrá que esperar a que se publiquen nuevos datos. No obstante, el entorno luce desafiante para México, con riesgo a que se extienda por varios meses más.