El golpe a las finanzas públicas, originado por la pandemia, está evidenciando la urgencia de aumentar la recaudación en México. La recesión provocada por la pandemia de 2020, originó un desequilibrio en las finanzas públicas que, para ser mitigado, llevó al gobierno a agotar el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) con el fin de alcanzar un superávit primario y mantener el patrón de gasto en algunos de los planes prioritarios, sin tener que aumentar la deuda. Además, el año pasado el gobierno emprendió una tarea exhaustiva para auditar a las grandes empresas e incrementar la recaudación por medio del cobro de impuestos atrasados. De esta forma, logró cerrar el año con métricas fiscales saludables.
Para este año, con el agotamiento de los fondos de emergencia y sin considerar esos ingresos fiscales adicionales, los bajos niveles de recaudación de impuestos en México quedarán expuestos y representarán un riesgo cada vez mayor. Debido a esto, consideramos que el gobierno se verá obligado a revisar el esquema de impuestos para el 2022, lo que implicará una posible reconfiguración de la estructura tributaria.
La recesión económica de 2020, trajo consigo desequilibrios en las finanzas públicas del país, ya que se redujo la recaudación al quedar suspendidas diversas actividades económicas y por el aumento del desempleo. Para enfrentar esta falta de recursos, el gobierno realizó diversos actos de fiscalización con el fin de detectar el impago de impuestos de algunas empresas y poder cobrarlos, pero también hizo uso de los fondos de estabilización. Durante el 2020, se utilizaron $149 mil millones de pesos del FEIP, lo que significó el 94% de los recursos que tenía este fondo a finales de 2019. Eso sin mencionar que ya en ese año se habían utilizado más del 40% de esos recursos del año previo (gráfica 1). También el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) tuvo una importante reducción, pues debido a la crisis se transfirieron capitales a las entidades de manera mensual y no trimestral como suele hacerse, para cumplir con las partidas presupuestarias.
¿Cómo van las finanzas públicas?
En el primer trimestre del año, los ingresos presupuestarios sumaron $1,564.1 mil millones de pesos, lo que fue $82.8 mmdp por arriba de lo esperado. Al interior, aunque los ingresos petroleros repuntaron considerablemente (+45.6% real anual), resultaron menores a lo programado, mientras que los ingresos tributarios, pese a su caída de 2.0% real anual, estuvieron por arriba de lo anticipado. Pero además, los ingresos no tributarios subieron 13.6%, debido a que se hizo uso del Fondo de Salud para el Bienestar para apoyar el gasto de salud, entre otras cosas. La utilización de los recursos de este Fondo fue aprobado en la Ley de Ingresos 2021, donde además de éste, se autorizó la extinción de 109 fideicomisos para amortiguar la caída de los ingresos públicos. Es decir, el gasto del presente año nuevamente contempla el uso de recursos extraordinarios surgidos por los fideicomisos que están desapareciendo.
Por otro lado, el gasto neto presupuestario repuntó 7.9% real anual, aunque resultó $5.6 mmdp menor a lo presupuestado. De esta forma, se logró alcanzar un superávit primario de $54.1 mmdp, equivalente al 0.2% del PIB (gráfica 2). Finalmente, la deuda (SHRFSP4) se ubicó en $12.4 billones de pesos. De ésta se ha utilizado menos del 10% del techo autorizado, lo que permitió que el saldo de la deuda respecto al PIB fuera de 49.2% contra el 52.3% observado al cierre de 2020. Todos estos números parecen destacar un buen manejo de las finanzas públicas, lo que coincide con la perspectiva de las calificadoras que recientemente han ratificado la nota crediticia del país.
¿Cuál es nuestra perspectiva?
Por supuesto que financiar el gasto público con ingresos que no son recurrentes tiene un límite, lo que ha puesto al gobierno a analizar todas sus herramientas para aumentar los ingresos, sobre todo para seguir financiando los programas sociales y proyectos emblemáticos. Los pre-criterios generales de política económica de 2022, todavía anticipan un superávit primario equilibrado en 2021 (0.0% del PIB) y uno del 0.4% para 2022. Unas metas optimistas considerando que las fuentes de ingresos excepcionales se están agotando. Es por esto que la promulgación de una reforma fiscal es un tema que está tomando cada vez más importancia; incluso el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, lo ha mencionado en sus discursos5.
De acuerdo con la OCDE, México se mantiene entre los países con ingresos tributarios más bajos en relación al tamaño de la economía. Como porcentaje del PIB, el país recaudó 14.4% en 2020, por debajo del promedio de América Latina (17.2%) y del promedio de la OCDE (20.3%)6, lo que deja ver el amplio espacio de oportunidad que aún hay en el país. Pero también es necesario que este aumento de la recaudación, vaya acompañado de una distribución eficiente del gasto, enfocado en promover la inversión y procurar la estabilidad económica y social. Consideramos que para finales de este 2021, la administración pública estará presentando una propuesta al respecto.
5. Arturo Herrera, abril 2021, disponible en: https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2021/04/05/queremos-una-discusion-tecnica-y-no-politizada-de-la-reforma-fiscal-arturo-herrera/
6. Milenio noticias, marzo 2021, disponible en: https://www.milenio.com/negocios/mexico-paises-menor-recaudacion-tributaria-hacienda
Daniel Zaga
Director
de D.Econosignal
dzaga@deloittemx.com
Alessandra Ortiz
Economista
Sr.
alesortiz@deloittemx.com